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miércoles, 2 de junio de 2010


VIEJO TRONCO…

Somos ramas que venimos
De un mismo tronco formadas.
Tronco fuerte, tronco añoso,
Que nos entrega su sabia…
Somos ramas diferentes,
Aunque todas hermanadas,
Que buscan llegar al cielo
Que entrevén a la distancia…

Ese tronco ha sido fuerte
Desde el comienzo del Tiempo,
Lo regó el Amor más puro,
La inocencia y el respeto…
Surgió del fuego sagrado
Que uniera a dos corazones
Con la llama más sublime
Que puso Dios en los Hombres…

Eran dos adolescentes
Cuando al mirarse se amaron,
Y con el correr del tiempo
En ese tronco tornaron…
Fueron echando raíces
Que se hicieron más profundas
Que les dieron ocasión
De volverse más fecundas…

Cada uno con su afán
Fueron formando los hijos
Les dieron sombra y cobijo
Abrigo, cariño y pan…
Y cuando el viento o el sol
Más de la cuenta arreciaban.
Sus ramas se transformaban
En frescos y amantes brazos.

Así se formó el hogar
Que nuestros padres soñaron,
Dando sombra, dando abrigo,
Dando consejo y aliento…
Entregando lo mejor
Que cada uno traía,
Sembrando en todos nosotros
Lo mejor del sentimiento.

Fue la Vida que eligió
A esos dos seres dichosos.
Cuando el destino pensó
Que era llegado el momento
De enseñarles con dolor
Cómo se gana la fuerza
De ser duros e inflexibles
Sin dejar de dar amor.

Fueron tiempos muy duros
Que los probó a los dos,
Que enriqueció las raíces
Y a ese tronco transformó.
Se unieron mucho a los gajos
Se endurecieron las ramas.
¡Y no pudo la enfermedad
Ganar ninguna batalla!

Después… el tiempo pasó…

Y vieron reproducirse
A esas ramitas primeras
Retoñar en primavera,
Dar frutos años después.
Como agradeciendo al cielo
Sólo por pertenecer
A ese tronco querido
Que nos ayudó a nacer…

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